domingo, 29 de marzo de 2015

"MONTEAGUDO Amontillado", brisa sanluqueña embotellada

Elaborador/Bodega: Delgado Zuleta
Variedades: Palomino Fino (100%)
Grado alcohólico: 18,5%
Precio orientativo: 13 €
Denominación de Origen: DO Jerez-Xerès-Sherry


Datos sobre la elaboración: La elaboración de los vinos de Jerez, y la delimitación de las diferentes tipologías de vinos que allí se elaboran daría para escribir todo un libro, así que simplemente, daré una pequeña pincelada, aceptando que muchas de estas cuestiones deben ser explicadas con mayor detalle.
 
La magia de todos estos vinos reside en tres cuestiones fundamentalmente: por un lado, el "terroir" (la viña en el Marco es de terreno blanco de Albariza, muy calcáreo, que retiene muy bien la poca agua de lluvia que se recibe en la zona); por otro, la aparición durante la crianza de los vinos de una capa o velo (el denominado velo flor) que forman las levaduras y que mantienen el vino alejado del contacto con el oxígeno, a la vez que le transmiten de ciertas características organolépticas que son las que hacen que estos vinos sean tan particulares; por último, también es decisiva la denominada crianza dinámica, en Soleras y Criaderas, que consiste en ir traspasando parte del vino de unas barricas a otras (de las situadas en la parte más alta a las inferiores) con lo que se consigue una homogeneización de todo el vino que se va a embotellar y que es el que se saca de la barrica situada más cercana al suelo (de ahí su nombre de Solera).
 
Partiendo de estos parámetros, y por tanto, en los vinos secos, a partir de una crianza inicial bajo este velo flor antes citado (con la excepción de los vinos Olorosos), podemos diferenciar lo que son vinos Finos/Manzanillas, los Amontillados y los Palos Cortado, en función del tiempo en que se produce esa crianza en contacto con el velo. La calidad del velo es lo que determinará si el vino realiza toda su crianza bajo velo flor y obtendremos entonces vinos finos y manzanillas, o si, tras un período más o menos largo de esa crianza, la bodega considera que el vino no tiene condiciones para ser un fino de calidad, con lo cual se encabeza (añadiendo alcohol vínico) y se pasa a una crianza ya oxidativa, dando lugar entonces a los Amontillados y Palos Cortados.
 
Por tanto, concluyendo esta breve introducción, el Amontillado es un estilo de vino que pasa por una fase de crianza biológica bajo este velo flor, y posteriormente una etapa de crianza oxidativa en "pipas" de roble americano, de 600 l de capacidad, durante un tiempo variable, que para el caso del Amontillado Monteagudo es entre 10 - 12 años.

 
Otras cuestiones: La Bodega Delgado Zuleta, que visité en el mes de agosto pasado, se ubica en Sanlúcar de Barrameda, una de las 3 localidades que junto a Jerez y al Puerto de Santa María conforman los vértices del denominado Marco de Jerez, dentro del cual se elaboran estos vinos tan especiales como son los vinos de Jerez.

Delgado Zuleta es según me contaban la más antigua de todo el Marco de Jerez, ya que empezaron a elaborar sus vinos allá por el 1744 y salen hoy día al mercado bajo varias marcas de vinos de jerez, una de las cuales es Monteagudo.  
 
  

Nota de Cata
 
 
Visualmente estamos ante un vino de un precioso color ambarino intenso, con reflejos cobrizos, que es a la vista ciertamente atractivo.
 
En nariz percibimos las notas tan propias de todos estos vinos de Jerez que nos evocan la brisa de esos pueblos marineros gaditanos,  esa nota de salinidad muy sutil y yodada, que también van acompañadas de los aromas que le confiere al vino la crianza biológica bajo el velo flor: notas de levadura, hongo y de fruto seco (almendra cruda y avellana).

Los amontillados en general son, en mi opinión, vinos para disfrutar con tiempo por delante, ya que no podremos ser conscientes de todos los matices que nos van a ofrecer tanto olfativamente como gustativamente, si no le damos su debido tiempo en copa. En nariz por ejemplo, a aquellas primeras notas antes descritas, se van sumando, a medida que transcurren los minutos,  notas más cálidas, más golosas, que particularmente me recuerdan al tofe y a la canela en polvo.

En  boca se muestra muy brioso desde un buen inicio; desborda su salinidad punzante y una acidez vibrante. Son éstos, aspectos bastante comunes en estos vinos, si bien quizás esa salinidad es aquí más acusada que en otros amontillados que he probado con anterioridad (desconozco si es una característica más propia de los amontillados sanluqueños frente a los elaborados en Jerez).

El postgusto en boca es largo, volviendo los sabores que percibíamos en nariz de hongo y sotobosque que sin duda tienen su origen en la crianza biológica.

Conclusión. Los vinos de Jerez en general y, en particular, los amontillados, son para el público en general algo complicados de entender, si bien, en mi humilde opinión tienen dos características que los hacen sumamente interesantes:

1.-  de un lado, su autenticidad y originalidad. Son vinos únicos en lo que se refiere a su forma de elaboración (con permiso de los vinos del Jura) y más si tenemos presente que se elaboran a partir de una variedad como es la Palomino Fino que en apariencia es poco apreciada, por su alta acidez y su escasa expresividad aromática.

2.- Por otro lado son vinos ideales para maridar. Combinan a la perfección con productos tan nuestros como son el Jamón ibérico, los langostinos, los productos de salazón, y con otros tales como los frutos secos. Su carácter acético y salino hacen que sean también los vinos ideales para comer ensaladas y aquellos productos que son los más difíciles de maridar por su elevado amargor,  como espárragos, alcachofas.  Dicen los entendidos que, concretamente el amontillado, es ideal para las cremas calientes, que son platos a priori,  también difíciles de maridar por su textura y por su temperatura.

En cualquier caso son vinos que no se parecen a otros y solo por eso merece la pena probarlos. 
 
  

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