domingo, 20 de diciembre de 2015

"El Enemigo Cabernet Franc 2011", qué bueno que viniste!!

Elaborador/Bodega: Bodega Aleanna (http://www.enemigowines.com/index.html)
Variedades: Cabernet Franc (92%) y Malbec (8%)
Grado alcohólico: 13,9%
Precio orientativo: 20-25 €


Datos sobre la elaboración: El viñedo se sitúa en Gualtallary (provincia de Mendoza), a una altura de 1.470 m. La vendimia dura aproximadamente 5 semanas, ya que la uva se recoge por fases, escogiendo aquellas bayas que se encuentran en cada momento en su óptima fase de maduración.
 
Una vez hecha la recolección, el vino se mantiene durante 22 días con sus pieles y fermenta con levaduras indígenas durante 28 días. Posteriormente, pasará a barricas de roble francés (20% nuevas) donde permanecerá un total de 16 meses antes de su embotellado.

Otras cuestiones: El viñedo en altura es una de las soluciones que se ofrecen al cambio climático que tenemos ya encima y que sufrimos a diario en nuestras carnes. Argentina puede presumir de tener mucha viña en alturas superiores a los 1.000 m, lo que no es tan común. Esa altura confiere al vino frescura y acidez que dotará al vino de longevidad, pero también lo hará más fácil de beber.
  

Nota de Cata
 
Probé este vino a primeros de noviembre pasado después de hacerme con una botella del mismo en una visita a una distribuidora de Badalona que se dedica de forma especial a los vinos argentinos. Hago este apunte porque a mi este "Enemigo" me pareció todo un vinazo y, seguramente, es muy complicado encontrarlo en tienda ya que parece ser que se destina mayoritariamente a la restauración, especialmente en restaurantes argentinos.

Visualmente es un vino de capa media alta, color cereza picota aunque no demasiado profundo, limpio y brillante.

La nariz es perfumada, de gran intensidad y sumamente agradable. Cada vez que levantamos la copa es como si tuviésemos entre manos un ramito de violetas y pensamientos. El abanico aromático se completa con notas de frutillas rojas de bosque (grosellas, fresa silvestre y mora de zarza).

La aireación y el reposo en copa incrementan esa sutileza aromática, a la que además se añade una nota muy delicada de madera nueva, limpia y franca, que aporta además esos aromas terciarios mentolados y balsámicos que confieren algo de frescura a esa magnífica nariz.

La boca recibe a un vino muy untuoso, pleno, sobrado de fuerza. Este Enemigo es un vino corpulento, con un tanino medio plus bien biselado, que hace que pese a lo dicho no se haga pesado. Su calidez despunta ligeramente, aunque este "pero" no debe empañar lo grande que es este vino, y que se nos muestra al acabar el trago. Es entonces cuando comprobamos que es un vino tremendamente sabroso, que deja anestesiadas nuestras papilas gustativas un largo tiempo con esos agradables recuerdos de fruta negra, especias de grano y un toque mineral  final.

En mi opinión combina a la perfección elegancia y delicadeza por un lado, con la potencia de su estructura en boca. Eso es algo que sólo los grandes vinos tienen y que únicamente la mano de un gran elaborador puede conseguir.

Conclusión y maridaje. Por todos es conocido la maestría de los argentinos en hacer los famosos asados, donde grupos de amigos y familiares se reúnen para dar cuenta de esas magníficas carnes que allí tienen. Obviamente, en estos eventos lo que más apetece tomar es sin duda una copa de buen vino, y nada mejor que un buen vino argentino para acompañar estas carnes.

Lo bueno de este "Enemigo Cabernet Franc" es que combina a la perfección estructura y potencia, con equilibrio en boca y sutileza aromática. Concluyo: me parece uno de los mejores vinos argentinos que he probado, y con un precio más que contenido.

 

domingo, 13 de diciembre de 2015

CATA DE CHAMPAGNES EN "CELLER CASTAÑÉ"

Argentona,  21 horas del día de autos, viernes, 11 de diciembre de 2015.
Lugar: Celler Castañé.
Temperatura exterior....indescriptible, un frío de mil demonios.
 
He ido ya en varias ocasiones al Celler Castañé, donde Montse y Jordi nos proponen regularmente catas diversas en la pequeña localidad de Argentona, para intentar captar parroquianos a esta religión que es el vino.  Ayer, el cartel de la cata prometía, y no defraudó.
 
De la mano de Carles "Carlitus", comercial de la distribuidora Cuveé 3000, los asistentes dimos un pequeño paseo por esa región tan interesante del noreste francés como es la Champaña, sin movernos de la silla.
 
De todos es sabido lo que es el Champagne, un vino espumoso que todos identificamos con lujo, calidad, y sobre todo con precios elevados. El Champagne se elabora por el método tradicional o Champenoise, del mismo modo que el Cava; el método resumidamente consiste en un vino base que una vez fermentado se embotella junto con una pequeña dosis de levaduras para que lleve a cabo una segunda fermentación dentro de la botella, fermentación ésta que puede durar más o menos tiempo dando lugar a los espumosos Jóvenes (9 meses mínimo), Reserva (de 15 meses en adelante) o Gran Reserva (más de 30 meses), en la clasificación que tenemos en la DO Cava. Para los Champagnes, el mínimo de crianza es de 15 meses.
 
Una vez transcurrida esta segunda fermentación las levaduras se extraen y la pequeña pérdida de vino que pueda producirse al realizarse esta operación se repone añadiendo el denominado licor de expedición - que podrá contener o no azúcar, de modo que ello nos llevará a diferenciar distintas tipologías de espumoso en atención al gramaje de azúcar por litro -.
 
Las diferencias entre ambos espumosos - Champagne y Cava - residen en primer lugar en las variedades de uva empleadas y sobre todo en las peculiaridades del "terroir" de uno y otro lugar. Por poner un ejemplo de esto último hay que tener presente que Champagne es la región más septentrional europea donde se elaboran vinos y eso significa que allí las temperaturas medias anuales rondan los 11ºC, mínimo necesario para que la vid pueda llevar a cabo su ciclo vital. Esto implica grandes dificultades para la maduración de la uva y, consiguientemente, elevadas acideces finales en los vinos, que pueden mitigarse de algún modo con el añadido de azúcar al vino, la conocida como "chaptalización"  (algo permitido en Francia, pero no así en España).
 
El terreno es sumamente calizo en Champaña, puesto que se cree que hace millones de años esta zona estaba ocupada por el océano, y al retirarse éste quedaron depositados los restos de conchas de animales marinos que allí habitaban. Este "terroir", por tanto, es otro elemento clave diferenciador.
 
En la AOC Champagne se trabaja esencialmente con uvas de las variedades Pinot Noir, Pinot Meunier (ambas tintas) y Chardonnay. Éstas son las más importantes, pero hay muchas otras, aunque en un porcentaje que sumado no alcanzaría ni un 10% del total: Pinot Blanc, Pinot Gris, Chenin Blanc, Petit Meslier, etc.
 
Por último, señalar que en Champagne las empresas bodegueras pueden ser "Negociants" o "Vignerons". Los primeros suelen ser grandes corporaciones que en muchos casos compran la uva a pequeños agricultores o, incluso, compran el vino base ya elaborado para hacer ellos sus espumosos y ponerlos en el mercado. Por contra, el vigneron sería el pequeño propietario que elabora sus Champagnes a partir de las uvas que el mismo cultiva.
 
Se podría profundizar y mucho en todo lo que es el mundo de los Champagnes, hablando de las diferentes subzonas que existen dentro de la Apelación, de la clasificación de los "Crus", etc, pero el motivo de esta entrada en el Blog no es hacer un exhaustivo tratado sobre estos vinos, sino simplemente un breve comentario acerca de la cata de ayer...así que iré al grano.
 
Cinco fueron los  Champagnes catados:
 
 1.- Dufour "Champ du Clos".
2.- Dufour "La Pulpe et le Grain"
3.- Billecart Salmon - Brut reserve
4.- Larmandier-vernier "Terre de vertus. Non dosé. 1r. Cru"
5.- Billecart Salmón - Brut Rosé
 
   
Y mis impresiones fueron las siguientes:
 
1. Dufour "Champ du Clos". Fantástico Champagne de vigneron, elaborado al 100% a partir de la variedad Pinot Blanc, con aromas muy intensos de bollería, orejones y masa madre. Boca con su buen punto de acidez y algo de especias. Burbuja muy bien integrada y que en boca nos presenta un espumoso muy cremoso. Es un Champagne con parte del vino base fermentado en barricas de roble durante 10 meses, y tras el ensamblaje pasa 36 meses en botella. Para mí uno de los mejores.
 
2.- Dufour "La Pulpe et le Grain". Siendo del mismo elaborador, es un Champagne muy distinto. Para empezar, de un color más profundo. La nariz muy frutal, con madurez y algo de hierba aromática. La boca más estructurada que el primero, más vínico y también con una acidez más vibrante. En este caso la variedad es Pinot Noir, y la crianza es de 24 meses en botella. Muy buen Champagne, aunque a mi modo de ver inferior al primero.
 
3.- Billecart Salmon - Brut reserve. Nos encontramos ante un Champagne que visualmente ya nos recuerda más a la mayoría de nuestros cavas y a muchos Champagnes, de un color amarillo pajizo muy ténue, brillante y limpio. Billecart Salmón es un gran elaborador pero a diferencia de Dufour no es un "vigneron", sino un "negociant". En cata, la nariz me sorprendió por su poca expresividad, pero la boca es ciertamente mejor, cremosa, profunda y equilibrada , apareciendo notas de frutilla roja y notable mineralidad.
 
4.- Larmandier-vernier "Terre de vertus. Non dosé. 1r. Cru". Para mí, junto al primer espumoso, el mejor de la noche. Un Champagne monovarietal de Chardonnay del que nos enamoramos con su nariz madura y de bollería, para pasar a una boca muy amplia y untuosa, que combina la acidez justa con un toque salino final que alarga mucho el trago. A diferencia del resto este es un Champagne "Mil.lesimé", elaborado con vino de una única añada, la 2008. Es también un Champagne de Vigneron.
 
5.- Billecart Salmón - Brut Rosé. Un Champagne rosado muy atractivo visualmente, elaborado a partir de la variedad Pinot Noir. Color salmón de baja intensidad, vínico, estructurado y glicérico en su paso por boca. Un buen rosado aunque su relación calidad precio no me convence (alrededor de los 70 €). Para mi gusto, el más flojito de la noche, aunque tiene también su público, porque sin duda estamos hablando de un gran producto.
 
Así que, ahora que se acercan las fiestas, démosle una oportunidad al Champagne; es un producto fantástico y no siempre a precios desorbitados. Algunos Champagnes de gran calidad no están muy por encima en precio de algunos de los Cavas top que elaboran ciertas bodegas de  la DO Cava o que salen al mercado como espumosos del Penedés.  Yo me decantaría por bodegas pequeñas, y huiría por ejemplo del típico "Moet Chandon" que en mi modesta opinión nada tiene que ver con los Champagnes antes comentados.
 
Salud y burbujas!! 

domingo, 6 de diciembre de 2015

DESCUBRIENDO PORTUGAL


Cuatro meses sin escribir una entrada en mi Blog es ciertamente mucho tiempo.
 
Yo que jamás pensé vivir en un estado de abstinencia por la imposibilidad de escribir, he debido pasar este Vía Crucis irremediablemente por causas ajenas a mi voluntad. Y es que, aunque parezca increíble, en pleno siglo XXI, en un momento en el que un satélite situado a miles de kilómetros de la Tierra puede hacernos una foto con increíble detalle, han sido necesarios casi 3 meses para reparar mi ordenador portátil.
 
Cómo podéis imaginar tengo en "cola" un considerable número de artículos, y no pocas notas de cata de mis últimos vinos probados. Sin embargo, para romper este silencio decidí que nada mejor que escribir unas líneas sobre la escapada a la vecina Portugal que hicimos mi mujer y yo a mediados del mes de Octubre pasado.
 
Como en todos mis viajes siempre hay algo de enológico, pero no sólo de vino vive el hombre, así que mi intención es hacer un breve resumen de mis impresiones dedicando algo de tiempo a los vinos que he catado y los lugares que yo he visitado por si a alguien le puede servir de ayuda.
 
Lo primero que es obligado decir es que lamentablemente prestamos muy poca atención a nuestros queridos vecinos portugueses... Sí...lo se...es cierto, que algunos de ellos, como Ronaldos y Mourinhos, no despiertan precisamente nuestros mejores instintos, pero también están los ilustres Coelho o Saramago, para hacernos ver que Portugal es mucho Portugal.
 
Bromas a parte, Portugal es grande...muy grande. Dejemos de mirar hacia nuestros vecinos del norte y dirijamos nuestra mirada y atención a nuestros convecinos peninsulares. Tienen sencillamente mucho que ofrecer, y son más parecidos a nosotros de lo que podemos pensar.
 
A nivel vitícola..¡qué decir de la riqueza de Portugal!. Sin duda, en pocos años será un país reconocido mundialmente porque tiene mucho potencial. Esencialmente ello es así, en mi opinión,  por dos razones; una, un amplio elenco de variedades de uva autóctonas que han ido conservando a lo largo del tiempo y dos, su diversidad de "terroirs" y una tradición vinícola antiquísima.
 
Hecha esta pequeña introducción, decir que nuestra pequeña escapada (7 días) nos llevó a visitar las ciudades de Lisboa y Oporto, si bien, desde la primera hicimos una escapada a la ciudad de Sintra, y desde Oporto, un desplazamiento de un día bordeando el Duero....que es algo sencillamente espectacular y que recomiendo hacer a todo el mundo.
 
Lisboa, para quien no la haya visitado, es una ciudad de contrastes. Tiene el encanto de una gran ciudad pero a la vez en muchas de sus calles a mi me pareció estar en un pueblo; es una ciudad eminentemente turística, pero tampoco tienes esa sensación que sí sucede en otras partes de pensar que hay una ciudad para los turistas y otra para sus habitantes. Su aspecto decadente con las fachadas de muchos edificios casi en ruinas, sus azulejos multicolores, y las ropas tendidas al Sol en muchos de sus balcones, son sus señas de identidad. Hay que tomar, obviamente los transportes públicos, no dejar de viajar en esos encantadores tranvías, y en los llamados "elevadores", pero sobre todo...callejear y callejear. 
 
Imagen de Lisboa
De Lisboa  me fascinaron los distintos miradores que existen en la ciudad, y que especialmente cuando cae la tarde nos dan una visión de la misma que difícilmente puede describirse o incluso plasmarse en una foto. Particularmente, no me perdería el mirador de Graça, y el de Santa Lucía, con sus preciosas vistas del río Tajo.  Otra de las zonas que debe visitarse, es el barrio de Belém, donde además de las visitas de rigor (Monumento a os Descubridores y el Mosterio dos Jerónimos) podemos degustar los famosos "Pasteis de Betlem" en la llamada "Antiga Confeiteria de Belém".

En Belém merece la pena comer en la "Enoteca de Belém", un templo del vino, con una carta extensa de vinos de Portugal y una buena atención a cargo de verdaderos profesionales. El lugar es pequeño, unas 7 u 8 mesas a lo sumo, así que es imprescindible reservar previamente.  Aquí catamos dos vinos blancos bien distintos: uno de la DOC Bairrada, de corte atlántico en boca, con una acidez muy marcada e importante salinidad, aunque daba notas de madurez en nariz y algo de rusticidad. En conjunto muy correcto (7,4).

El segundo vino, fue un vino de la DOC Douro, con paso por barrica, buena intensidad aromática (manzana roja y tostados), y una boca amplia, estructurada, untuosa y con carácter. Un blanco muy gastronómico para acompañar pescados de gran sabor y carnes. (mi valoración 7,9).
 
  
Palacio Da Pena - Sintra
Sintra es una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad; un pulmón verde que  está a menos de1 hora en tren de Lisboa. Merece la pena al menos pasar una jornada allí, aunque a decir verdad, ésta dará poco más que para visitar tres de los monumentos más importantes que tiene, y que en mi opinión, por este orden serían: el Palacio Da Pena, la Quinta Da Regaleira y el Palacio Nacional. Imprescindibles los 2 primeros, sin ninguna duda.
  
¡Y qué decir de Oporto!! Pues para empezar que me sorprendió, porque uno siempre ha oído que Lisboa es la ciudad más interesante de Portugal, la más recomendable para una visita relámpago...pero Oporto no se queda atrás. Sin lugar a dudas el encanto de esta ciudad reside a mi modo de ver en la parte de la ribera del Rio Douro, con sus rabelos allí varados, y sus casas multicolor que miran al rio y a especialmente a la otra orilla, donde se sitúa Vilanova da Gaia.

Oporto es como más cosmopolita, más "ciudad" en comparación con Lisboa, pero no por ello menos bonita. La Estación de Sao Bento, con sus paredes llenas de azulejos es una maravilla...da gusto coger un tren allí y lo de menos es su destino.  La librería Lello, donde parece que se inspiró la JK Rowling para imaginar las escaleras del castillo de Hogwarts, es otro de los puntos a visitar y donde comprar algún libro. Para aquellos que como yo, os gusta ver el género que se vende en los mercados, es muy recomendable visitar el Mercado de Bolhao, y a partir de ahí, la Rua das Flores, la Sé o Catredral, son lugares por los que pasear o visitar. Si queréis tomar algo en un sitio especial donde parece haberse detenido el tiempo, sin duda os recomendaría también entrar en el Café Majestic.

Como decía al otro lado de la orilla del Douro tenemos otra población, Vilanova da Gaia, donde encontraremos numerosos restaurantes en los que el bacalao es el producto estrella. Lo más relevante de Vilanova da Gaia es, sin embargo, que en esta localidad se encuentran la mayor parte de las bodegas de envejecimiento de los vinos de Oporto, ya que antiguamente el Reglamento de estos vinos establecía obligatoriamente el envejecimiento en esta población, cosa que ahora ya no sucede.

La gran parte de las principales marcas de "Porto" sigue teniendo sus bodegas aquí, y fácilmente podremos concertar una visita y posterior cata de los famosos vinos de Oporto. A mi que me gusta ir con las cosas cerradas con tiempo, intenté contactar con varias de ellas antes de mi viaje, y finalmente me decidí por dos, muy distintas entre si, pero que recomiendo  sin lugar a dudas.

En Vilanova de Gaia visitamos Graham's. No había probado ninguno de sus vinos y ello me atrajo también de algún modo, aunque lo que realmente me decidió a visitarla fue que creo que es la bodega que mayor variedad de visitas y de catas propone. De este modo puedes acabar la visita  - eminentemente turística - con la cata de algunos vinos de cierta calidad, y no con el típico vino del Douro sin encabezar , un Porto blanco, o como mucho algún Porto LBV embotellado recientemente.
Graham's ofrece en cambio la posibilidad de acabar la visita a la bodega con una cata "Premium", donde pueden probarse tres vinos Tawnies, con una vejez media de 30 y 40 años, y un Colheita de 1982. Por otro lado, al ser dos personas, uno de nosotros optó por la cata "Premium" de Porto Vintage, y probamos también un 2007, un 2000 y uno de 1983. Aquí dejo las fotos de los vinos en cuestión:

Cata vinos Tawny en Bodega Graham's
Los Tawnies son vinos en los que tras la elaboración del vino base y su encabezamiento se pasan a barricas pequeñas de 500 l, donde van a permanecer durante un largo período en crianza oxidativa. De ahí que sus colores siempre anden en estas tonalidades ambarinas o color miel. Son vinos en los que hay una mezcla de cosechas, de ahí que la edad que vemos en la etiqueta sea una media de edad de los vinos; la excepción serían los denominados Colheitas, en los que se sigue el mismo proceso de crianza oxidativa pero en este caso con vino procedente de uvas de una única cosecha. Más que a una buena cosecha, estos Colheitas suelen elaborarse en añadas especiales, o aniversarios de fechas señaladas.

De entre los tres Tawnies catados, observamos una clara diferencia entre los 2 primeros y el Colheita. Nariz fragante en los dos primeros, de corte ajerezado, frutos secos, miel y café, mientras el Colheita dió notas totalmente distintas, de cuero, especias, y una especial salinidad no presente en los dos vinos anteriores. En conjunto el Tawny 40 años me pareció el más recomendable, por su persistencia en boca  y franqueza aromática.

Debo reconocer que me sorprendieron gratamente los Tawnies; los pocos que había probado no habían merecido mi atención y siempre pensé que por encima de ellos en mi gusto estaban los vinos Ruby, que dentro de los Porto serían ese otro estilo contrapuesto al Tawny, en el que de forma genérica podemos hablar de una crianza corta en madera (máximo de 6 años en la categoría LBV - Late Bottle Vintage), y una larga crianza en botella.

Dentro de esta categoría de vinos, tenemos a su vez distintas variantes; simplificando mucho el tema podría decirse que la categoría superior sería la de un vino "Vintage", que sería aquel que tras su fermentación y encabezado con alcohol vínico pasa entre 2 y 3 años de crianza en madera para ser posteriormente embotellado. En el caso de los Vintage, hablamos de vinos elaborados con uva de una única cosecha, que ha sido declarada como de calidad superior por el Consejo Regulador  - ello suele suceder únicamente 2-3 veces por década -.

De
Cata de Portos Vintage en Graham's
 
En Graham's probamos 3 de estos Vintage, de las añadas 1983, 2000 y 2007. El tiempo en botella es fundamental en estos vinos, ya que son embotellados sin filtrar, de modo que siguen evolucionando en botella. Se observa en el Vintage 1983 un oscurecimiento en color que va adquiriendo tonalidades marronáceas o caoba, y notas de tofe, caramelo quemado en boca. Las añadas 2000 y 2007 son más frutales en boca, con una notable carga de fruta negra compotada en nariz y más especiadas en boca.


El 2007 es quizás el que tiene más nervio, con una boca más fresca, y la parte frutal más enclavada en la fruta roja de bosque, con un paso por boca algo más tánico. Le falta sin duda tiempo en botella. Estos vinos requieren, en mi modesta opinión, un mínimo de 10 años en botella  para estar en su óptimo momento de consumo.


Aspecto del viñedo cerca de Pinhao

Nuestro último día en tierras portuguesas lo dedicamos a hacer una pequeña excursión por el Douro. Alquilamos un coche y nos dirigimos a la zona de Pinhao, entre 70-100 kilómetros adentrándonos en el interior de Portugal, siguiendo el cauce del Douro. El paisaje es sencillamente espectacular; de lo más impresionante que creo que podemos encontrar en el mundo del vino, como podéis ver en las fotos.




Viñedo de Quinta do Noval

Los márgenes del río están atestados de viñedos en una orientación y en otra, y en esta época se asoman a nosotros conformando un cuadro de miles de pinceladas ocre, rojas, pardas y amarillas. Las cepas más rojizas son las de la variedad de Tinta Roriz, mientras las verdosas y amarillentas pertenecen a la Touriga Nacional, ya que la tonalidad no obedece a la exposición al sol de las cepas como en principio pensaba, sino cada varietal.

En la localidad de Pinhao, donde transcurre el cauce del río del mismo nombre (afluente del Douro) visitamos la bodega Quinta do Noval, una de las pocas que tiene aquí mismo, en Pinhao, su planta de elaboración y también de envejecimiento. Noval es un símbolo de calidad y sin desmerecer a Graham's y a muchas de las otras elaboradoras de Porto, es una bodega que podríamos decir que no es nada comercial ni  turística. De hecho estuvieron encantados de recibirnos, ya que nos confesaron que no demasiado público se traslada aquí a visitar la bodega.

Tanques de pisado de la uva
Noval es una de las bodegas que se identifica con los Portos de mayor calidad; elabora sus vinos LBV y Vintage a la antigua usanza, con pisado de la uva  y levaduras indígenas. En el caso de los LBV, por poner un ejemplo, es de las pocas que los embotella  sin filtrar, lo que les confiere una mayor complejidad  y un mayor potencial de envejecimiento en botella. De hecho, esta categoría LBV se embotelló por primera vez en el año 1954, y fueron las Bodegas Ramos Pinto y Quinta do Noval las pioneras en sacar al mercado estos vinos, cuyo rasgo diferencial es como su propio nombre indica un embotellado más tardío y, por tanto, un paso por madera más prolongado (entre 4 y 6 años).

En Noval pudimos probar su LBV 2009, un vino con mucho carácter frutal y especiado al que sin duda le queda mucho por evolucionar todavía en botella, y dos Tawnies de 10 y 20 años. Espectaculares estos últimos, si bien muy distintos a los probados el día anterior en Graham's, que podríamos decir que son ciertamente mucho más oxidados. Los Tawnies de Noval combinan a la perfección ese aporte que da la larga crianza en madera con la parte más frutal que aporta el vino, en un equilibrio difícil de explicar.
En resumen, mereció mucho la pena esta visita a Quinta do Noval y fue un broche final perfecto a unos días inolvidables.

Os guste o no el mundo del vino, Portugal merece mucho la pena. Yo estoy ya pensando en mi próximo viaje.